Nada sucede dos veces, pero también ocurre todo. Dos entrañables personajes se encuentran cada anochecer en mitad de un camino, con la esperanza de encontrar a otro que nunca llega.
Mientras tanto, conversan, discuten, ríen, recuerdan...intentan pasar un tiempo que cae tan a plomo como la noche.
En esta nueva y divertida propuesta, Vladimir y Estragón son testimonio vivo del ocaso de nuestra sociedad.
Queda poco de lo que hemos sido, apenas un desierto, un árbol esquelético y una pantalla medio rota que a ratos intenta comunicarse. Este paisaje post-apocalíptico enmarca la magistral obra de Samuel Beckett que, lejos de aportar respuestas sólo sigue ofreciendo muchas más preguntas.