Casi todos los seres humanos poseen un cierto talento cuando son
jóvenes. Pero pasa rápido.
Un actor maduro, interpretado por Pedro Casablanc, acude a hacer una
audición, sin que se presente en persona el director de escena que ha de
valorarlo. Cinismo, humor, violencia, delicadeza… son algunas de las armas que
utilizará el cómico Feuerbach en un ejercicio de talento que se aproxima al
patetismo.
Uno de los grandes dramaturgos europeos, el alemán Tankred Dorst, firma
este texto atemporal y conmovedor sobre todos aquellos que no consiguen ser
protagonistas, sobre la necesidad de las segundas oportunidades y la falta de
generosidad. La obra es una aproximación a la esencia del teatro y a su sentido
en la sociedad, como reflejo de cualquier otra actividad humana en relación con
el mundo que le rodea.