El punto de partida de la obra lo constituye una curiosa entrevista entre dos peculiares personajes: Tirso de Molina, que con 19 años se encuentra en los comienzos de su carrera dramatúrgica, y la ya anciana Francisca Pizarro Yupanqui, primera mestiza del Perú, hija de Francisco Pizarro y de la princesa inca Quispe Sisa, que vive como dama española en el Madrid de finales del siglo XVI.
Con el pretexto de la escritura de una futura Trilogía de los Pizarro, Tirso trata de convencer a Doña Francisca, que lleva un año recluida en su extraño jardín, de que dé rienda suelta a sus recuerdos y experiencias. El diálogo entre ambos supone la confrontación de dos visiones muy diferentes del mundo (hombre y mujer, joven y anciana, español y mestiza) y, sobre todo, es el origen de algo inesperado para Doña Francisca: un viaje personal y crítico por la historia española de aquellos años, que desemboca en un reencuentro con su pasado, con su marido, Hernando Pizarro, con su padre, y con su madre y hermanos indígenas y en la necesidad de mirarlos cara a cara.
¿Quién es, entonces, Francisca Pizarro? ¿Es española? ¿Es inca? ¿Sobre qué ha erigido su vida y su fortuna? ¿Es vivir otra cosa que recordar algo que se había olvidado? ¿Puede de tierra negra nacer flor blanca?