El Teatro Romea acogió el estreno nacional de Yerma, obra escrita por Federico García Lorca que completa una de las trilogías de teatro más importantes de la literatura en castellano junto a Bodas de sangre y La casa de Bernarda Alba. El prestigioso dramaturgo Miguel Narros toma las riendas de esta nueva puesta en escena de la obra de Federico García Lorca, con la música de Enrique Morente, y Silvia Marsó como protagonista.
Yerma es una joven casada que vive en la Andalucía de los años 30. Su único deseo es tener hijos, pero su marido, un campesino andaluz, ni puede ni quiere dárselos. Yerma es estéril pero su empecinamiento hace que todas las culpas recaigan en el pobre Juan, víctima predeterminada y predestinada. Elogiada por la mejor crítica, desde Unamuno a E. Díez-Canedo, Yerma (1934) es, tal como la definiera el propio Federico García Lorca (1898-1936), «la imagen de la fecundidad castigada a la esterilidad» dentro de ese dramático juego universal en el que se mueven las criaturas lorquianas: la oposición entre las fuerzas de la vida, con su destino de libertad, y la opresión que sobre esas fuerzas se vuelca incluso hasta llegar a la muerte. El rol social de la mujer en un pueblo español a principios del siglo XX parece estar condenada a las labores domésticas y la maternidad, delineando esta perspectiva la estructura familiar. La pieza teatral que se origina en el libro, fue escrita por Federico García Lorca en el año 1924 y puesta en escena por primera vez en Madrid bajo la interpretación de Margarita Xirgu.
En Yerma los prejuicios sociales toman cuerpo en el personaje femenino que da nombre a la obra y van construyendo la narración a través de sus padecimientos y reflexiones. La violencia y la crueldad de un ambiente oscuro, asfixiante, se retrata a la perfección en esta intensa obra.