Helena Pimenta y su compañía, Ur Teatro, se han propuesto ofrecer una nueva mirada a la historia de este héroe convertido en villano que es Macbeth. "Su periplo de ascensión y caída, guiado por una ambición desmedida, nos concierne", aseguran. Por ello, presentaron la noche del pasado viernes este nuevo montaje de la obra de W. Shakespeare, el último de la directora al frente de Ur antes de su entrada en la dirección de la Compañía Nacional de Teatro Clásico, en el que se mezclan la palabra de Shakespeare con la utilización del vídeo y la participación del Coro de Voces Graves de Madrid.
En esta ocasión la escenografía, con dirección de José Tomé, es el vídeo porque "hay que buscar nuevos lenguajes, y hacer que el público no se aburra", señala Pimenta. De este modo, "en esta búsqueda del mundo de ultratumba, de unir sueño y realidad hemos indagado en el mundo del vídeo, uniendo estos elementos en constante diálogo", y creando una escenografía que "es un ejercicio de contención".
La maldad envuelta en la belleza más creíble
Macbeth, en su alocada carrera contra la incertidumbre que supone el vivir, no sólo se destruye a sí mismo y a cuanto le rodea, sino también, la ilusión que impulsa a la humanidad a ponerse en pie cada día, negociando con dignidad con nuestra vida mortal. Elegir ser un canalla puede parecer más rentable, desde un punto de vista práctico, que elegir ser honesto.